El pasado sábado 10 de noviembre tuvimos la ocasión de disfrutar de una de esas citas ineludibles para cualquier amante del buen Ska. Programa doble con un cartel de lujo de los que no dejan a nadie indiferente: Skatalites de nuevo en Madrid acompañados por los siempre sorprendentes Alamedadosoulna. Desde luego la noche prometía, y sin miedo a chafar las siguientes líneas a los lectores, podemos adelantar que no defraudó.
Lleno total en la sala, que colgó el cartel de completo mientras algunos rezagados preguntaban en la cola con cierto aire de desesperación si a alguien le sobraba una entrada. El público iba entrando con tranquilidad, hasta que a eso de las 20:30 comenzó a escucharse una grabación en multitud de idiomas: "Somos Alamedadosoulna y hacemos lo que queremos" Toda una declaración de intenciones.
Fue el pistoletazo de salida, Alamedadosoulna al completo saltó al escenario y comenzó el ska, que hizo que todos los que aún estaban fuera de la sala entraran con rapidez para no perderse un acorde. Esta banda es espectáculo puro, va más allá de la música para ofrecer una puesta en escena que entusiasma al público y hace que merezca la pena ir a sus directos. A lo largo del concierto pudimos verles tocando de rodillas en el suelo, persiguiendo al público con las varas del trombón, subidos en formación a lo alto de una plataforma o haciendo solos de vientos rodeados por el marco de un cuadro, arte en movimiento.
El momento álgido fue cuando desaparecieron el trombonista y el saxo tenor del escenario. Mientras el público se planteaba dónde habían ido, aparecieron cada uno en un extremo en lo alto del anfiteatro y comenzaron a lanzarse solos a modo pregunta-respuesta. Sencillamente genial, la sala se deshizo en ovaciones.
El concierto duró aproximadamente hora y media, y pudimos disfrutar de temas como: Tranquilo, Bioman, Ya no tengo miedo, Me lo trago, Skapo, Camaleón o la sintonía del Tetris.
Cuando hicieron amago de irse del escenario el público reaccionó con un sonoro "Noooooo!" Ante lo que siguieron con una 
versión reggae de My Girl, cantada por Rebe Gismero, la saxo alto. Acto seguido salieron del escenario, pero no tardaron en volver ante la aclamación del público. Hicieron la presentación de rigor de todos los músicos con el truco del sombrero, cada uno de ellos intentando ponérselo lanzándolo con el pie, ante las palmas y los "¡Uy!" De los presentes. Por cierto que Juanjo Contreras, el batería y Rubén Durán, guitarra y voz, lograron acertar, lo que desató la fiesta en el escenario. Aunque no logró acertar en su turno con el sombrero, pudimos ver aleteando sobre el escenario al inigualable Pollo sin cabeza, teclista de Barrio Tomillo, que iba en sustitución de Laura Nadal, su teclista habitual. Desde luego estuvo cómodo en el escenario, parecía como si llevara tocando con Alamedadosoulna desde su fundación.
Continuaron con Optimista para dar fin al espectáculo. El público, a pesar de estar deseando ver a Skatalites no paraba de pedir que volvieran.
Un descanso para recoger y recolocar el escenario y un rato después saltaron los aclamados e indiscutibles padres del ska: ¡Skatalites al completo!
Hay que decir que de los Skatalites originales ya tan sólo cuentan con Lester Sterling al saxo alto, el resto de los músicos se han retirado o incluso han fallecido, lo que en realidad es normal al tratarse de una banda que lleva en activo desde los años 60. El hecho de que sólo quede un miembro de la banda original da una sensación un tanto extraña, pero no podríamos decir que su sonido haya perdido el carisma que les caracteriza, ya que aunque mucho más jóvenes, todos ellos son músicos con muchas tablas.
Como siempre, Freedom Sounds señalaba el comienzo de su repertorio. La sala estaba a reventar, no cabía ni un alfiler. El calor resultaba agobiante y hacía sudar a los presentes con cada movimiento.
Tema tras tema se sucedían los solos de saxos, trompeta y trombón demostrando a cada momento porqué Skatalites no deja de ser una banda de primera línea. El público esperaba la siguiente pieza con expectación y la recibía con aplausos y ovaciones, sin dejar de moverse en un ambiente totalmente eufórico que sólo se puede conseguir con el sonido de los clásicos. La sintonía de James Bond ponía a la gente a saltar, Latin Goes Ska arrancaba un atronador sonido de palmas a toda la sala, convertido en un sonoro clamor al llegar el solo de Lester Sterling.
Probablemente el momento que levantó más expectación fue la aparición de Doreen Shaffer sobre el escenario, muy querida por el público. Siempre sonriente, cantó temas como My Boy Lollipop, Long time, Simmer Down o I´d like to know, coreadas de principio a fin por toda la sala.
Al salir Doreen del escenario el resto de la banda hizo sonar Phoenix City, y tras una cuenta atrás en español, de nuevo Freedom Sounds como cierre de la velada. El público no paraba de aclamar a Skatalites mientras salían del escenario, ante lo que volvieron a salir para presentar a sus miembros.
Por suerte aún tenían un as en la manga, obsequiando a los presentes con su famoso Guns of Navarone, con un "infiltrado" en el escenario: Elías Porras, el Trombonista de Alamedadosoulna, que cuando llegó la ronda de solos no tuvo reparos en hacer tronar su trombón, soltando una mano y arengando al público mientras Skatalites bailaban al ritmo de la música.
Este tema fue el punto final del concierto, aunque al público no había quien le parara. Hubo un momento de confusión cuando el batería volvió a sentarse ante su instrumento, pero para decepción de los que le animaban a seguir tocando, sólo estaba allí para recoger sus cosas.
En definitiva, con un espectáculo así resulta difícil dejar al público insatisfecho. Una combinación más que interesante de puesta en escena y sonido añejo.
