CRÓNICA: Envidia Kotxina en Madrid (Noviembre de 2011)

Envidia Kotxina en Madrid (Noviembre de 2011) Jimmy Jazz
Madrid

3 de Noviembre de 2011

Los que asistimos al concierto de Envidia Kotxina la semana pasada en el Jimmy Jazz sabíamos que se trataba de algo especial. Especial porque el aforo de la mítica sala de Vallekas, que inauguraba su nueva temporada de actuaciones, hacía esperar que se tratara más de una reunión de la banda con los amigos que de un concierto al uso; especial porque era su primer concierto en la ciudad tras la incorporación de Hugo a la batería y el segundo del grupo con la nueva formación; y especial, en definitiva, por que los Envidia jugaban en casa. No era de extrañar, dicho lo anterior, que antes incluso de que empezaran, el ambiente fuera ya toda una fiesta, con muy buen rollo y un llenazo hasta la bandera.

Por lo visto y Daños colaterales, ambos cortes de su disco más reciente Cuando las bocas comen silencio, abrieron una actuación llena de energía, garra y contundencia. Ángel, Ziku, David Txafas y Hugo se lo curraron, y de qué manera. Para el que aún tenga dudas, el nuevo batería toca que da gusto, y ver a un grupo acostumbrado a espacios más grandes en un escenario tan reducido fue todo un placer en el que, como broche final, el sonido fue también estupendo. A estos Envidia les queda mucho por decir y, si no, al tiempo.

Envidia Kotxina en Madrid (Noviembre de 2011)En algo más de treinta canciones ofrecieron un extenso repaso a su discografía, incluyendo cinco canciones del nuevo disco: Por imposición, Cubos rotos y Cuando las bocas comen silencio, además de las dos del inicio. Hubo tiempo también para sus grandes clásicos e incluso dedicatorias especiales para hermanas, amigos, compañeros -caso de No señor, El kuento del afilador, la intro de Apostol- y, cómo no, para algunos de nuestros odiados politicuchos en los compases finales de Ay-untamiento.

Cuesta mucho resaltar un único momento cuando ves al público arropar tanto a la banda, tarareando cada canción y con un grupito junto al escenario que no para de bailar pogo un instante. Por señalar alguno, y a nivel personal, a parte del final tan potente Lady di-Ay-untamiento, me quedaría con el Alimañas, que se ha convertido en un imprescindible de respuesta inmediata allá donde la tocan, el Ke asco, me apestas o el A falta de paz, bestiales en directo. Resta decir que, si la nota del concierto fue de sobresaliente, el grupo, con su cercanía, quiso compartir el mérito con los presentes: un detalle que diferencia sólo a los más grandes.

  • BELO
  • Jorge Jimenez

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